Se llama esta sangrienta competición se llama «Bare Knuckle» (puños desnudos), aunque su nombre lo dice todo, se trata de una competición de boxeo en la que los contendientes no llevan guantes cubriendo sus manos, con las evidentes y peligrosas consecuencias y secuelas que ello conlleva. Las peleas son muy sangrientas. A menudo los daños que sufren los luchadores en puños, cara y cuerpo dejan secuelas irreversibles, que en el mejor de los casos les impide continuar con su actividad deportiva, y, en el peor escenario, podría conllevar desde daños neurológicos irreversibles hasta la muerte como en el caso del luchador de las MMA que participaba en esta competición: Justin Thornton de 38 años de edad.
Aunque era una práctica prohibida en EEUU y casi olvidada, sólo practicada en zonas marginales y de forma clandestina, parece ser que que en EEUU se lo han pensado mejor y 131 años después (el último combate sin guantes ocurrió en 1889) reapareció de forma legal en un combate de Cheyenne (Wyoming) en 2018.
Pero EEUU no es en el único lugar donde se celebran oficialmente combates de boxeo sin guantes. En Reino Unido también se organizan periódicamente eventos de este tipo al que acude cada vez más púbico movido sobre todo por el morbo de la sangre. En Rusia también se practica el «bare knuckle» de forma reciente.
En los combates de boxeo «bare knuckle» parece ser que ningún asistente de la primera fila se escandaliza cuando unas salpicaduras de sangre les impregna la cara o la ropa, es algo habitual dadas las heridas y cortes que se hacen los contendientes. Estas salpicaduras suceden normalmente y el particular público que ocupa los asientos de primera fila, lejos de escandalizarse, volvería a pagar por vivirlo. Aunque como digo, hablamos de un público bastante particular. No se trata de combates aptos para todo tipo de sensibilidades, más bien lo contrario. Si quieres acudir a un combate de este tipo que sepas que estás más cerca de acudir a una pelea callejera que a un combate de boxeo.
En el menú del día suelen estar presentes: roturas de manos y nudillos, dientes arrancados, rotura de narices, muñecas, costillas, nudillos, cara y pómulos, incluso rotura de mandíbula y en casos más graves traumatismos craneo encefálicos severos con consecuencias o secuelas neurológicas irreversibles. Lo peor de todo es que al parecer los salarios de estos luchadores están muy por debajo de lo que cobran los profesionales del boxeo tradicional y de otras muchas competiciones de lucha siendo el riesgo de sufrir lesiones graves, como hemos visto, mucho más elevado.
En el Bare Knuckle las semejanzas con el Boxeo son absolutas, salvo por la gran diferencia que da nombre a esta sangrienta disciplina deportiva y algunas otros rasgos diferenciales: Son tres asaltos de dos minutos y los períodos de recuperación tras una caída son de 20 segundos en vez de 10 que posee el boxeo. Además el ring es redondo, del estilo de los de lucha libre. Aunque la gran diferencia de los guantes es brutal, polémica e irreconciliable con el boxeo tradicional, son más las semejanzas en cuanto a la práctica de la competición: no están permitidos los golpes por debajo de la cintura, ni con los codos, ni las mordeduras ni los cabezazos, ni tampoco se puede atacar al luchador contrario una vez caído a la lona.
Algunos luchadores de otras disciplinas como MMA, boxeo o muay thai han probado estos verdaderos baños de sangre y no siempre han obtenido los resultados que ellos esperaban. De hecho, la propia BKFC (Bare Knuckle Fighting Champonship) que es como se llama la organización promotora de estos eventos en EEUU fue fundada y está dirigida por ex-boxeador profesional llamado David Feldman. En el año 2019 el ex aspirante al título de la UFC (MMA) en la categoría de pesos pesados: Anthony Jhonson, anunció que se unía a la organización ostentando uno de los cargos más representativos de la institución. La lista de luchadores de la UFC que actualmente luchan o han luchado en esta modalidad es muy numerosa, podríamos destacar los siguientes nombres: John Thornton, Paige VanZant, Chris Leben, Hector Lombard y Chad Mendes.
Las nefastas consecuencias de los eventos Bare Knuckle no se hicieron esperar demasiado y tras numerosos casos de lesiones graves se produjo una muerte en combate, algo que viendo la trayectoria que llevaba los combates se veía venir. El desafortunado «incidente» ocurrió en agosto de 2021. Digo «desafortunado incidente» por decir algo, pero ¿realmente se puede llamar así a un acontecimiento previsible ante el riesgo tan elevado que corren los luchadores en estas peleas? en mi opinión creo que en estos casos la casualidad, azar o mala fortuna deberían quedar en un segundo plano.
En agosto de 2021 el ex-luchador de la UFC (MMA) John Thornton natural de EEUU y de 38 años de edad falleció en el hospital debido a un fallo multi-orgánico provocado por una complicación tras un fulminante knock-out a los 19 segundos del primer round en un combate oficial de la BKFC (Bare Knuckle Fighting Championship) contra Dillon Deckle. Al parecer las lesiones provocadas durante el combate desembocaron en una infección que llegó a la médula espinal del ex-luchador de la UFC lo que provocó el trágico final que ya hemos comentado.
Estos trágicos hechos conmocionaron a todas los organismos y autoridades de las ligas de artes marciales así como a numerosos profesionales del sector. Muchos no dudaron en alzar la voz contra la organización por permitir tal brutalidad sin ningún tipo de seguridad para los contendientes. El presidente de la BKFC David Feldman no tardó en emitir un comunicado informando sobre estos hechos y dando sus particulares condolencias a la familia de John Thornton. Por su parte Dillon Deckle, rival de Thornton en el combate y autor del golpe que derivó en su muerte, escribió una emotiva carta en la que se definía como devastado por lo sucedido y ensalzaba la enorme figura del Jhon Thornton como un gran rival y luchador de primera categoría.
Dana White, el carismático y particular promotor de la UFC, también tuvo palabras para referirse a este hecho. Comenzó emitiendo un secreto a voces que hasta el momento nadie había querido pronunciar: «¿A caso a alguien le sorprende?», continuó hablando contra esta disciplina de combate sin guantes y añadiendo leña al fuego y distancia respecto de la organización de MMA que él preside: la UFC. En concreto explicó que en 25 años de la UFC y más de 7.000 combates desde que él la preside jamás se han visto lesiones de gravedad irreversibles ni mucho menos una muerte de este tipo. Dana White continuó diciendo que su organización gasta al año más de 20 millones en cuidar la salud de sus luchadores con controles sanitarios continuos y especialistas médicos de todas las áreas y el más alto nivel y reputación. Finalizó su intervención poniendo tierra de por medio entre la UFC y la BKFC.
En definitiva, ¿Debemos permitir que los luchadores profesionales se maten para divertimento del gran público? ¿estamos en una nueva era de la lucha de gladiadores?
